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“Empecé a considerar el fútbol de manera profesional cuando me vieron jugar en Rosario, donde me agarró mi primer representante y me empezaron a hacer entrenar de manera muy diferente a la que venía acostumbrado. En ese punto arranqué a ser un poquitito más profesional. Más adelante, cuando fui a hacer pretemporada con la primera de Estudiantes Buenos Aires, me terminé de dar cuenta de que podía ser un futbolista profesional y pensar en vivir de esto. Mi hermano Diego también tuvo un papel fundamental, porque siempre me apoyó en el sueño de ser jugador”.

“Desde San Lorenzo hasta Hebei Fortune, cada club me ha ofrecido la posibilidad de formarme tanto futbolística como personalmente. Con cada equipo maduré y obtuve valores representativos de distintos momentos de la vida, que me hacen ser la persona que soy hoy”.

“El gol más memorable de mi carrera, para mí, es el que le hice al Milan en 2010. Más que nada por lo particular de la situación: fue una jugada muy rápida, donde desde el suelo traté de empalar la pelota tirándome hacia atrás. Es uno de los goles que más me gustan por la resolución rápida de la jugada”.

“Mudarme a Europa implicó un choque lindo y de fácil adaptación, porque me tocó ir a Italia que culturalmente es bastante similar a nuestro país. El idioma tampoco me costó. En Francia, el primer año se me hizo más difícil por el idioma. Más allá de eso, lo que más disfruté de la experiencia fue la comida, el estilo de vida, los vinos franceses… toda Europa me fascina”.

“Llevar la camiseta de la Selección Argentina es el orgullo más grande que uno puede sentir. Desde chico uno sueña con jugar en la Selección, y en mi caso tuve la posibilidad de hacerlo y darme cuenta de la importancia que eso implica. Es una gran responsabilidad, que al mismo tiempo te brinda alegría y diversión. Sin duda, el lugar donde más feliz fui jugando al fútbol. Mi momento favorito fue todo el proceso que vivimos en el Mundial de 2014, donde compartimos momentos increíbles que jamás voy a olvidar. También recibí consejos ejemplares como el de Masche (Javier Mascherano), que me hizo poner en forma y así jugar mejor”...

“Para triunfar en el fútbol profesional hace falta determinación, voluntad y la capacidad de esforzarse muchísimo. No es fácil. Es un sacrificio muy grande, donde hay que dejar cosas de lado y además se requiere una pizca de suerte. Se tienen que dar un montón de cosas para que uno pueda triunfar. Si yo pudiera volver el tiempo atrás, haría lo mismo que hice: jugar al fútbol sin pensar en lo demás”.